No os lo vais a creer, he ido en avión! No, no es la primera vez que volaba, pero sí la primera vez que lo hacía sin pañales!!!! Ha sido fantástico, bueno, creo que para mis padres no tanto. Lo creo así porque en cuanto escucharon que el avión llevaba dos horas de retraso (para no variar, siempre con la misma compañia, siempre el mismo trayecto y siempre la misma hora... qué casualidad! "comentario de la madre") y que yo me hacía pipi encima mirando los aviones despegar y aterrizar decidieron poner los pañales.
¿Sabeis qué? que no importa porque la aventura de visitar nuevos lavabos ha sido tan emocionante que yo seguía pidiendo mis necesidades. Os he de contar que los mejores son los del avión y ahí es dónde unos padres pueden perder la paciencia más rápido. ¿Por qué? porque hay que respetar unas lucecitas que se encienden y se apagan y que tienen forma de cinturón. Y claro... no me pueden pedir a mí, de 2 añitos, los señores azafatos que me comporte como un adulto! Suficiente que no lloro ni pataleo ni nada de esas cosas, algo es algo. Pero no me pueden pedir que me este 2 horas quieto en un sillón habiendo un lavabo delante y otro detrás, dos lavabos... cuatro rollos de papel!!! ¿Por qué? pues no lo sé, pero en cada lavabo hay dos rollos uno como de papel más suave y otro como el reciclado ese de una capa que da miedo porque parece que te va a dejar sollado ya nada más de mirarlo. Oye si alguno de vosotros sabe porque es así que no dude en contármelo.
Yo mientras seguiré investigando lavabos que los encuentro super interesantes, claro no hace mucho que he descubierto su utilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario